Leda era una hermosa mortal que despertó en Zeus el deseo, aunque estaba dispuesto que la joven se casara con el rey Tíndaro. Así que Zeus, durante su noche de bodas, tomó la forma de un cisne y la tomó al mismo tiempo que su esposo.
Fue así que Leda quedó embarazada de cuatro niños: dos varones y dos hembras. Al nacer se reconocieron como los Dióscuros, hijos tanto de Zeus como de Tíndaro. En los cuatro pequeños se distinguían cualidades divinas:
Cástor y Pólux fueron los dos hombres. Cástor heredó más cualidades de su padre Tíndaro y Pólux de Zeus.
Clitemnestra y Helena fueron las niñas. La primera traería consigo un destino trágico, como hija de Tíndaro más que de Zeus: traerá la muerte ignominiosa al vencedor de Troya.
La segunda niña es Helena, que siempre esta rodeada de un aura divina y de seducción.
Helena es, entonces, una mortal cuya belleza es conocida en toda Grecia. Adorada por cualquier hombre que la viera, también la rodeaba cierta aura terrorífica, debido quizás a ese mismo don.
Su fuga con Paris sería el desencadenante de la guerra de Troya.
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Resumen realizado a partir de los mitos de Jean-Pierre Vernant en su libro: El universo, los dioses, los hombres.
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