Heracles, era hijo de Zeus y Alcmena, tenía pintado antes de su nacimiento un futuro muy bien definido. Sin embargo, la diosa Hera, celosa como siempre por las infidelidades de su esposo Zeus, intentaba arruinar aluno de sus planes. Fue así que, cuando éste proclamó que el siguiente hijo en nacer perteneciente a la casa de Perseo, se convertiría en rey, Hera decidió adelantar el nacimiento de otro miembro de la familia: Euristeo. Y de la misma manera retrasó el de Heracles.
Zeus entró en ira pero debía cumplir con su proclama, Euristeo se convirtió en rey. Heracles hizo su vida, se ganó una fuerte fama en Grecia y Hera seguía odiándolo. Fue por ella que en un ataque de locura, Heracles mató a su mujer, a sus hijos y a dos de sus sobrinos con sus propias manos. Cuando recuperó la cordura y advirtió lo que había hecho se aisló del mundo, y se fue a vivir solo a las tierras salvajes. Fue hallado por su hermano Ificles y convencido de que visitase el oráculo de Delfos. En penitencia por esta execrable acción, la sibila délfica le dijo que tenía que llevar a cabo una serie de doce trabajos que dispusiera Euristeo, el hombre que había usurpado su legítimo derecho a la corona y a quien más odiaba.
Una de las historias más trabajadas en la gran pantalla:
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