Las amazonas eran hijas de Ares y la náyade Harmonía, nacidas en los valles de la
Acmonia frigia; pero algunos llaman a su madre Afrodita, u Otrere, hija de Ares. Al
principio vivían junto al río Amazonio, que ahora lleva el nombre de Tanáis, en honor a un
hijo de la amazona Lisipe, quien ofendió a Afrodita con su desprecio del matrimonio y su
afición a la guerra. En venganza, Afrodita hizo que Tanáis se enamorara de su madre, pero en
vez de ceder a una pasión incestuosa se arrojó al río y se ahogó. Para evitar los reproches de
su ánima Lisipe condujo a sus hijas alrededor de la costa del Mar Negro a una llanura situada
junto al río Termodonte, que nace en las altas montañas amazonias. Allí formaron tres tribus,
cada una de las cuales fundó una ciudad.
Entonces, como ahora, las amazonas sólo reconocían la descendencia materna y Lisipe
había dispuesto que los hombres debían realizar todas las tareas domésticas, mientras las
mujeres luchaban y gobernaban. En consecuencia rompían los brazos y las piernas de los
niños recién nacidos con el fin de incapacitarlos para pelear o viajar. Estas mujeres
contranaturales, a las que los escitas llamaban eórpatas, no mostraban respeto por la justicia ni
por la decencia, pero eran guerreras famosas y las primeras que emplearon la caballería.
Llevaban arcos de bronce y cortos escudos en forma de media luna; sus yelmos, ropas y
ceñidores estaban hechos con pieles de fieras273. Lisipe, antes de emprender la lucha, fundó la
gran ciudad de Temiscira y venció a todas las tribus hasta el río Tañáis. Con el botín de sus
campañas erigió templos a Ares y otros a Artemis Taurópola, cuyo culto estableció. Sus
descendientes extendieron el imperio amazónico hacia el oeste, a través del río Tanáis, hasta
Tracia, y en la costa meridional hacia el oeste, a través del Termodonte, hasta Frigia. Tres
famosas reinas amazonas, Marpesa, Lampado e Hipo, se apoderaron de gran parte del Asia
Menor y Siria y fundaron las ciudades de Efeso, Esmirna, Cirene y Mirina. Otras fundaciones
de las amazonas son Thiba y Sinope.
En Efeso erigieron una imagen de Artemis debajo de un haya, donde Hipo ofreció
sacrificios, después de lo cual sus acompañantes realizaron primeramente una danza de
escudos y luego una danza en círculo, con aljabas ruidosas, golpeando la tierra al unísono, con
acompañamiento de caramillos, pues Atenea no había inventado todavía la flauta. El templo
de Artemis Efesia, construido posteriormente alrededor de su imagen y al que no iguala en
magnificencia ni siquiera el de Apolo en Delfos, figura entre las siete maravillas del mundo;
dos arroyos, ambos llamados Seleno y que fluyen en direcciones opuestas, lo rodean. Fue en
esa expedición cuando las amazonas se apoderaron de Troya. Príamo era todavía un niño.
Pero mientras algunos destacamentos del ejército de las amazonas volvían a su país cargados
con un botín cuantioso, las demás, que se quedaron para consolidar su poder en el Asia
Menor, fueron expulsadas por una alianza de tribus bárbaras y perdieron a su reina
Marpesia.
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