En el momento de la creación, el Abuelo (Brahma o Prajapati), creó a los seres vivos. Estas criaturas crecían en edad y se multiplicaban sin parar pero no morían. No había espacio en ningún lugar; el triple universo estaba superpoblado. Pero, por más que lo intentaba, Brahma, no lograba concebir la manera de apaciguar la situación así que, invadido por la ira, todas las aperturas de su cuerpo lanzaron fuego quemando a todas las regiones del firmamento; el cielo, el universo y el aire. Las criaturas móviles e inmóviles fueron quemadas, también, por la terrible ráfaga. Rudra, Siva, intervino por las criaturas ante Prajapati pidiendo que no destruyese las criaturas de aquella manera; sin embargo, Brahma le explica que no se le ocurre otra y debe evitar que la tierra se hunda bajo el peso de la superpoblación. Siva insiste en evitar la terrible y definitiva destrucción de las criaturas así que como favor le pide que todas las criaturas puedan estar sometidas a
"Mitología es la religión del otro"